¿Qué vivencias nos puede contar un médico que se ha atrevido, con verdadero rigor científico, a poner a prueba la eficacia de la medicina alternativa y del monumental negocio que ha generado? Edzard Ernst nos demuestra que se investiga en pos de la verdad, pero también contra la mentira. Y una cosa lleva inevitablemente a la otra, motivo por el que charlatanes e iluminados de diversa ralea, rechazan la aplicación de la metodología científica en su terreno, al mismo tiempo que divulgan creencias sin fundamento, y conciben la medicina alternativa como si de una religión incuestionable se tratara. Pero lo peor, es que tienen influencia y poder como para silenciar a quien ose destapar la farsa con la que encubren su ignorancia e incompetencia para ejercer una medicina honesta.
No señores, la verdad no es inocua, y de poco sirve si no despierta el encono de los sectarios.